Espero que al recibo de esta te encuentres bien de salud, que al fin! alguien haya entrado por primera vez a leer las tonterías que compartimos y que no se te haya enquistado algún virus o algo parecido. Lo cierto es que llevaba mucho sin escribirte, pero es que he estado my atareado "formateando mi vida".
Debo confesarte que a veces dudo de esta relación que mantenemos tu y yo,... no se si cada uno está cumpliendo su función. O sea, dudo si yo realmente comparto lo que siento contigo y si tu realmente se lo gritas a los cuatro vientos. Pero no obstante, a porfía, vuelvo a decidirme a llenarte de sueños, pensamientos y quejas. De esos momentos que yendo o viniendo del trabajo Churchill abajo y mientras mis pies tocan el suelo, mi mente se va lejos... muy lejos; o quizás de esos momentos en que la conversación se hace ruidosa o tonta y yo me quedo con la mirada vidriosa y un sonrisa dibujada en los labios; a veces nos hemos encontrado en una canción, en el silencio, en una cabronada o en una traición. Porque tu, mi confidente amigo, tienes a veces esa dimensión sobrenatural de ir conmigo a todas partes y de vez en cuando dejarme preñarte con mis ideas.
Espero que este lazo renovado se vuelva un poco más estable, no tendremos ahora la censura de mucha gente de cerebro grande y corazón pobre. Seremos más cercanos, más amigos, lo prometo.
Un abrazo, Luis
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