miércoles, 21 de marzo de 2012

En el día internacional de la poesía ... les comparto uno viejo y especial:

Tempus Aliquid Non Est:


Encerrados en la estrecha cárcel de materialidad que nos hemos creado.
Subyugados a nuestro ingenio y saña,
habiendo entregado nuestra plenitud,
vamos todos condicionados por una simple idea.
Y me pregunto humanidad,
adonde vas tan extraviada?
has perdido la medida del milagro,
la pureza de contemplar la llama,
la simplicidad escondida en un botón que se abre,
toda la pasión de un beso?...

Y qué si sólo dura unos segundos la sonrisa de la persona amada,
acaso hay tiempo que mida cuánto dura una mirada de amor?
la candidez de un gesto, la duración de una caricia?
…estos son instantes de eternidad, aunque lo hallamos olvidado.
Aunque toda la humanidad valla en contra,
aunque sea el único que crea,
yo me aferro a la utopía de la intemporalidad

A lo mejor no es más que una respuesta a mi vaciedad,
no me importaría, la temporalidad también lo es.
Creo que quince días pueden ser años para dos que se aman,
Creo que el tiempo no son las horas, días o años vividos,
sino las experiencias, el amor, la vida misma vivida con sentido…
creo que no hay espacios que nos encierren,
ataduras que aprisionen nuestro amor,
lejanía capaz de mitigar este fuego.

El tiempo nuestra criatura llegará frío y voraz,
tratando de arrastrarnos en su torbellino devorador de ilusiones
opondremos nuestra fe, y los días juntos serán años,
los años lejos serán segundos,
al cerrar los ojos sentiré tus labios húmedos,
con un pensamiento tendrás mis manos en tus caderas y tu espalda.
Sentiremos latir los corazones bien fuerte y sabremos que la distancia ha acabado,
que esa prisión invisible y poderosa llamada tiempo habrá abierto sus puertas para siempre.

Volaremos entonces como dos espíritus libres,
lejos pero cercanos,
distantes pero al alcance de un recuerdo eternizador que nos anima,
vivos de pasión…
Y pasarán los días, meses, años, siglos, y nuestro amor perdurará
eternizado por su pureza y su calor
por la bendición de Dios y por nuestra fidelidad.
Libre al fin de nosotros mismos y de nuestra materialidad,
de nuestra absurda necesidad de exactitud,
de nuestro esfuerzo por dominarlo todo…
Y que exactitud y medida buscamos?
tras qué rastro externo nos perdimos,
cuando la única medida de nuestra eternidad,
lo más exacto que tenemos,
la imagen  más clara en nuestro ser de la majestad de Dios,
no es el tiempo, sino  el amor.

2 comentarios:

  1. Precioso poema, Luis, tan sentido y tan profundo, y con esas bellas imágenes. Felicidades. Es verdad que el amor se compone de una parte de materia intangible, invisible, eterna, que escapa al fluir del tiempo y que permanece pura e incorrupta, pura energía. Bueno, ya nos dice San Juan Evangelista que Dios es amor, jeje. Pues que esa llama de amor, esa luz divina permanezca siempre encendida. Saludos y un fuerte y cálido abrazo.

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  2. Yo no percibo un poema en esas letras, percibo catársis, siento que te cascaste el corazón como un huevo y dejaste que la escencia de tí se derramara en versos. No te imagino contemplando lo que escribiste, te imagino más bien liberado del peso.

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